Por: Raúl Serebrenik Ghitis
El reto principal de las empresas familiares La formación como factor familiar, cultural y escolar Por: Raúl Serebrenik Ghitis El rol que tienen las empresas familiares en el tejido productivo mundial es de más del 80%, lo que hace indispensable que lo tengamos presente a la hora de hablar de la prosperidad como un factor de bienestar, del crecimiento como un factor de continuidad, y en el marco de una estrategia positiva para el país, desde otro punto de vista. La problemática de la educación en América Latina limita el potencial de desarrollo y la posibilidad de tener un mayor balance social y se convierte en un tema de responsabilidad familiar no solo del gobierno o de los centros docentes: Finlandia como ejemplo de educación a seguir.
¿CUÁL ES EL PRINCIPAL FACTOR PARA LA CONTINUIDAD DE NUESTRAS EMPRESAS FAMILIARES EN EL MEJORAMIENTO DE LA ESTRATEGIA PAÍS?:
Por una parte, colegas en general afirman que la continuidad es una cuestión de llegar a acuerdos de familia y, por otro lado, tener estructuras de gobierno adecuadas, todo aquello con tendencia a tener un mayor efecto en la rentabilidad de las empresas, contrario a un adecuado nivel de formación como uno de los factores que considero de mayor importancia para propiciar, de manera efectiva, la continuidad de las empresas familiares.
Este apasionante compromiso con el legado de la empresa familiar perse me ha llevado no solo a meditar sino también a profundizar en este tema, al estudiar familias que han logrado que sus negocios y patrimonios perduren por más de doscientos años, encontrando que el factor de la formación es mucho más importante de lo que nos imaginamos.
Desde que algunos países de América Latina y, en especial Colombia, decidieron dar un significante paso e incorporarse en los famosos informes o evaluaciones PISA, se ha puesto en evidencia que una de las principales brechas que mantiene al continente por debajo del nivel de otros países es la educación. Aparece en la página de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) como el Programa para la Evaluación Internacional de alumnos PISA, por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment, el cual tiene por objeto evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos y habilidades necesarios para la participación plena en la sociedad del saber.
Estas evaluaciones de carácter específico, y predominantemente en un sentido cuantitativo más no cualitativo de las habilidades de los estudiantes, pueden tener un enorme efecto en la continuidad e inclusive en la creación de nuevas empresas, ya sean estas de carácter familiar o no familiar y en especial en momentos tan críticos donde nuestro principal reto como país es eliminar o recortar las brechas sociales que se presentan de manera tan amplia en Colombia como la inclusión política de prosperidad y paz.
PISA saca a relucir aquellos países que han alcanzado un buen rendimiento y, al mismo tiempo, un reparto equitativo de oportunidades de aprendizaje, ayudando así a establecer metas ambiciosas para otros países. Examinan el rendimiento de los alumnos a la edad de 15 años en áreas temáticas clave y estudian igualmente una amplia gama de resultados educativos entre los que se encuentran: la motivación de los alumnos por aprender, la concepción que estos tienen sobre sí mismos y sus estrategias de aprendizaje.
Las evaluaciones PISA son aplicadas cada tres años, y cada una de las tres últimas evaluaciones se centró en un área temática concreta y específica como la lectura en el año 2000, las matemáticas en el año 2003 y las ciencias en el año 2006, siendo la resolución de problemas un área temática especial en PISA 2003. El programa está llevando a cabo una segunda fase de evaluaciones en el año 2009 en lectura, en el año 2012 en matemáticas y en 2015 en ciencias.
La participación en PISA ha sido extensa, incluyendo hasta la fecha todos los países miembros de la OCDE así como varios países asociados. Los estudiantes son seleccionados a partir de una muestra aleatoria de escuelas públicas y privadas, que son elegidos en función de su edad (entre los 15 años y tres meses – 16 años y dos meses al principio de la evaluación) y no del grado escolar en el que se encuentran. Más de un millón de alumnos han sido evaluados hasta la fecha.
Además de las pruebas en papel y lápiz que miden la competencia en lectura, matemáticas y ciencias, los estudiantes llenan cuestionarios sobre ellos mismos, mientras que sus directores lo hacen sobre sus escuelas. Un dato particular que llamó mi atención es que el país que constantemente logra mejores resultados es Finlandia. ¿Por qué los finlandeses tienen una mejor educación? ¿Qué podemos aprender los colombianos de ellos? Es cierto que el gasto público en educación con relación al PIB (Producto Interno Bruto) es más alto en Finlandia (6.51%) que la media europea (5.21%). Sin embargo, otros países con mayor presupuesto como Dinamarca (8.28%) y Suecia (7.47%) no obtienen los mismos resultados. Por otra parte, el gasto por alumno en este mismo nivel está muy por debajo en comparación con algunos países como Luxemburgo, Estados Unidos o Italia, que ocupan puestos inferiores en las evaluaciones PISA. Por lo tanto, la clave no es únicamente una cuestión monetaria.
El informe de la misma evaluación PISA proporciona pistas sobre los factores que llevan a algunas conclusiones, como aquellas que indican que los países que cuentan con mayor grado de autonomía en sus centros educativos y gran equidad entre sus colegios son los que obtienen mejores resultados y Finlandia se sitúa en los primeros puestos respecto a estas dos variables.
Sin embargo, la hipótesis que cobra mayor peso es la que apuntan los especialistas en materia educativa para explicar el excelente y consistente rendimiento de los alumnos finlandeses y es el alto grado de formación del profesorado de educación primaria y secundaria, que promueve formar ciudadanos de calidad y, por ende, empresarios de calidad con visión estratégica para el futuro, por lo cual sus profesores también tienen que ser de calidad.
Debo enfatizar que los sistemas educativos de calidad son el resultado de la suma de tres factores que se interrelacionan: el familiar, el sociocultural y el escolar. En el caso de Finlandia estos factores se coordinan y se potencian unos con otros dando lugar a los altos resultados académicos de sus estudiantes.
Finlandia es un país pequeño y con una sociedad democrática que se destaca por sus altos índices de equidad e igualdad social en gran parte gracias a las fuertes prestaciones económicas y a las ayudas oficiales que ofrece el Estado a las familias. Si tenemos en cuenta que en las diversas evaluaciones PISA el factor más determinante de los resultados de los alumnos que se correlaciona en mayor medida con el rendimiento en todos los países es el nivel socioeconómico y cultural de las familias, tenemos entonces una de las claves del éxito de los alumnos finlandeses: en este país nórdico no solo la variación de puntuación en PISA según el nivel socioeconómico es mínima, sino que inclusive los que obtienen los peores resultados por esta variable se sitúan por encima de la media económica.
Por otra parte, el entorno de aprendizaje proporcionado por los hogares y las familias en Finlandia es el punto de partida para la preparación de los alumnos, situación muy similar en lo que respecta a los temas de formación de las familias empresarias longevas, con lo cual este particular tema recobra una enorme importancia con enfoque en el tejido empresarial familiar de la región, y en algunos casos particulares, no solo para los miembros de la familia sino también para los hijos de los trabajadores de las organizaciones.
Un dato significativo es que casi el 60% de las familias se considera como el primer responsable de la educación de sus hijos, pues participa activamente en ella gracias a las medidas de conciliación laboral y familiar que existen en este país, a diferencia de países latinoamericanos en donde es más fácil responsabilizar al gobierno o a las escuelas de los malos resultados.
Este dato, apoyado por el alto nivel de formación superior de los adultos (entre 24-64 años) que está en el 34% de la población, genera un entorno familiar más propicio para que los estudiantes obtengan buenos resultados académicos. Si a esto le sumamos el apoyo cultural que el Estado otorga con una amplia red de casi 2.000 bibliotecas públicas para una población que no supera los seis millones de habitantes; la potenciación directa de la lectura y los idiomas que proporciona la televisión como estrategia explícita en la que no se traducen programas ni películas extranjeras; el elevado índice de lectura popular en casi el 90% de la población y la difusión de prensa (el más alto de Europa), obtenemos como resultado el panorama sociocultural ideal para apoyar el sistema educativo local.
Los siguientes factores son considerados las claves de la educación en Finlandia:
- Respecto al sistema escolar, la estructura de la escuela en Finlandia no es muy diferente a la del resto de Europa.
- •Existe una misma oportunidad para todos sin importar su clase social o económica.
- La homogeneidad en la calidad de la educación en la gran mayoría de centros educativos.
- Educación obligatoria y gratuita para toda la población incluyendo todo el material que se utilice durante todo el año escolar.
- Atención personalizada a los alumnos que tengan alguna dificultad en un tema en particular.
- Educación descentralizada que depende más de las alcaldías con un programa común en el 70% del programa académico y el resto lo acomodan los alumnos, padres y colegios.
- Gran autonomía de los alumnos así como de los profesores con gran responsabilidad y en permanente formación.
- La mayor fortaleza del sistema: la formación continua de los docentes.
La sólida y continua formación de los profesores en Finlandia es una de las claves más importantes del éxito. La profesión de docente es una de las más prestigiosas y goza de una gran consideración por parte del público en general. Solo los mejores estudiantes con vocación docente logran ingresar a la carrera pedagógica, pero el camino para alcanzar el título no es nada fácil ya que tan sólo un 15% de los que lo solicitan puede matricularse cada año, esto marca una gran diferencia.
En los países de América Latina los docentes profesionales se han formado más por necesidad que por vocación y en muchos países no se han logrado implementar estándares mínimos en la profesión pedagógica. Una muestra es lo que ocurre con los sindicatos de profesores y maestros en México y en Colombia, entre otros.
En Finlandia el proceso de selección es minucioso. La primera fase es solo para profesores y maestros de primaria, la cual se lleva a cabo en una unidad de evaluación nacional en la Universidad de Jyvaskylä, y para acceder a ella se debe haber superado una prueba bastante difícil. En esta prueba se analiza el perfil de los candidatos y se escoge solo a los mejores, y lo que más se valora es la capacidad educativa y la sensibilidad social del aspirante. La segunda parte del proceso de selección en la que participan también los profesores de secundaria la lleva a cabo la Facultad de Educación y consiste en varias pruebas: una entrevista personal, una explicación de un tema ante una clase, una prueba de matemáticas o una prueba de tecnología que se incluyó en los últimos años. Los afortunados que hayan conseguido superar estos procesos se enfrentan luego a un largo camino para lograr la titulación universitaria de maestro.
En el año 1980 se profundizó en la revolución educativa con el fin de elevar aún más el nivel educativo del país, por lo cual se recurrió a la estrategia de comenzar por elevar la formación de los profesores. Se estableció de carácter obligatorio, que para ser maestro de primaria se requieren mínimo seis años de carrera, 6.400 horas de formación y de estudio, además de realizar una tesis como proyecto final de la carrera. El profesor de secundaria se forma en las facultades de su especialidad y después de superar la prueba entra a la Facultad de Educación donde debe superar las 1.400 horas de formación pedagógica.
Luego son los directores de los colegios e instituciones educativas los que eligen al profesorado situando a los más competentes en los primeros cursos de primaria pues estos son considerados fundamentales para sentar las bases de la educación de un alumno.
Colombia invierte en el rubro de la educación algo menos del 4 % del PIB, teniendo en cuenta que gran parte de la “buena educación es privada”, lo cual sigue siendo un porcentaje muy modesto si queremos avanzar en la calidad de la educación. Entendemos que en gobiernos anteriores el principal tema no era la calidad sino más bien la cantidad y sobre todo el abandono o deserción por parte de los alumnos en estratos sociales bajos, con lo cual los resultados son todavía muy lejanos de un nivel satisfactorio para elevar nuestro puesto en las pruebas PISA. Es fundamental platearse estrategias para mejorar tanto la cobertura como la calidad de la educación, principalmente mejorando los estándares de los profesionales de la educación.
La brecha de generación de nuevos empleos anualmente es cada vez mayor, con lo cual para Colombia es vital implementar una educación focalizada en el emprendimiento, si bien se tiene la problemática de la remuneración baja de los docentes en comparación con regiones como Europa y Oceanía, por lo cual vale la pena estructurar un sistema en este sentido con un componente adicional, la remuneración variable para los educadores. Lo que es claro es que se debe implementar a priori un sistema por incentivos, en vez de tratar de recortar los salarios de los educadores. El reconocimiento consiste en adicionar una parte variable para aquellos docentes “líderes” que se actualicen constantemente en técnicas y conocimientos en su campo, y sobre todo para aquellos docentes que muestren resultados concretos y sostenibles en el avance de sus alumnos, sometiéndose a pruebas similares a las pruebas PISA por un incremento salarial atado a esos resultados.
Para América Latina sería este un ejemplo digno de imitar con el propósito de proyectar el futuro y el beneficio de las familias, los ciudadanos, la esperanza y la prosperidad de nuestros países.
“Maestros de calidad generan alumnos de calidad, ciudadanos de calidad y empresarios de calidad”
En el mundo de las empresas familiares vemos cada vez más que el factor de formar a las siguientes generaciones es uno de los pilares de la continuidad. Este factor, por su alta relevancia e impacto, no puede depender estratégicamente de agentes externos a la familia. Por lo cual, el saber educar a las siguientes generaciones es parte del Capital Intelectual, ese know how que hace parte fundamental del legado familiar.
“El reconocimiento consiste en adicionar una parte variable para aquellos docentes líderes que se actualicen constantemente en técnicas y conocimientos en su campo, y sobre todo para aquellos docentes que muestren resultados concretos y sostenibles en el avance de sus alumnos.”
Con una educación más organizada se lograría la creación de nuevas empresas, en su gran mayoría Pymes familiares que requieren crecer competitivamente en el mercado nacional, pero principalmente en los mercados internacionales, como también se lograría una mayor oferta de profesionales altamente preparados para todo el mercado, incluyendo empresas extranjeras que deseen incursionar en nuestro país como elementos fundamentales que se requieren para poder dar “un salto cuántico“ como lo dieron países como Singapur o Corea del Sur o como está ocurriendo con Israel o China en estas últimas décadas.
La educación ha sido por excelencia la parte esencial en la estrategia de proyección por un futuro más promisorio y sostenible para sus ciudadanos.
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